Mi lectura de León González, Santo

 

Páginas : 210

Año de publicación: 2010

Editorial : Plaza Vieja

Género: Comedia

Libro en rústica 

Sinopsis

¿Puede alguien ser santo y a la vez completamente imbécil? ¿Ha habido a lo largo de la historia santos gilipollas? Pues de todo tiene que haber en la viña del Señor. Juan Eslava Galán cita en uno de sus libros el apócrifo caso de un San Antonio que arrodillado en su cueva frente a un Cristo barroco de tamaño natural recibe la visita del demonio metamorfoseado en la imponente figura danzante y desnuda de Sharon Stone. Sintiendo flaquear sus fuerzas ante tan lascivas insinuaciones y tan poderosa tentación, suplica el santo al Cristo: “¿Qué hago , Señor, qué hago?” A lo que el Cristo responde. “¿Estás tonto? ¡Quítame los clavos , maricón!”. Este es un buen ejemplo histórico, pero ¿hay personajes contemporáneos que posean simultáneamente las cualidades de la santidad y la imbecilidad? La respuesta nos la da Manuel Amaro en su descacharrante libro “León González, Santo”. Combinemos la capacidad de realizar milagros con una extrema idiotez que implica la absoluta falta de control sobre semejante poder: así es León, capaz de llevar el caos a cualquier lugar y de provocar las más absurdas y delirantes situaciones. Un libro salvaje, desbordante del humor más descacharrante y bestia.

Mi opinión

¿Qué puedo decir de nuestro entrañable León? Lo cierto, es que yo empecé a conocer a León, leyendo primero el segundo libro, León González, Anticristo y fue amor a primera vista, que no a primer olfato, jajaja. Y ahora he leído sus inicios.

León es un alma cándida, pura, bonachón, con un grave problema de incontinencia verbal y no vamos a mentir, le faltan 2 horitas de olla a presión. Si estás con la moral por los suelos, te aconsejo encarecidamente leer sus dos aventuras.

Prepárate para el humor escatológico de Manuel Amaro Parrado, para el cabo Maroto, el único hombre que te da una colleja a "open hand" y no te deja marca, para el tío Canales, para Sprocket y su incontinencia urinaria si León anda cerca y para todas las churrys que levanten la líbido de nuestro protagonista.

Tampoco podemos olvidarnos de sus milagros, que aparecen siempre cuando él menos se lo espera y que intenta repetir con poco éxito o con terribles consecuencias.

También he de decir, que León se marca un John McClane en las diferentes pelis de la saga La jungla de cristal, es decir, le resulta imposible mantenerse aseadito y bien encoloniado desde la primera página, algo que también forma parte de su historia. 

Las situaciones que se suceden son surrealistas, arrancan carcajadas y por momentos no das crédito con todas las perrerías por las que pasa nuestro protagonista y si creéis hacia el final, por un brevísimo instante, que ya  no os puede sorprender más, esperad a la página 169 y llorad de la risa con el flamenquín.

No quiero destriparos más, solo os animo a leerlo, ojalá si lo hacéis os alegre un poco el día y espero, que algún día, haya un tercer libro

Nota: 5/5